El punk no está muerto, salió del clóset.

Kid Pongo Powers, ex miembro de The Cramps, comenta que “el punk era muy gay en su inicio”. 

Desde los ochentas, el punk incluye y apoya a todos sin importar cómo eres. Todo comenzó como una respuesta al auge de bandas de chicos machistas que empujaban a todos los que no eran de la escena hardcore punk. La realidad fue que muchas bandas de punk son miembros de la comunidad LGBTQ+ y, con sus canciones y gritos, atacan a los roles de género. 

Al ver que no tenían los espacios, ellos hicieron sus propios, empujando a los machitos de la escena. El Queerpunk ofreció asilo para aquellos que tampoco se identificaban con la cultura gay más amplia de la época. Esto fue impulsado por Bruce LaBruce, G.B. y el linaje queer; the Germs, the Dicks, the Screamers, etc.

El fanzine DIY de Jones, J.D.s creó el camino al Queercore y el Queerpunk. Estos dos  movimientos forman parte del corazón y alma de la música en general, al buscar romper los roles de género y borrar las líneas que dicen como ser. En la escena Queercore, no hay un canon definido: las bandas pueden estar integradas por queers, gays, lesbianas, transexuales, travestis o bien tratar esos temas sin tener integrantes que lo experimenten en sus carnes.

Ver en el escenario a una persona con calzones de cuero y gorra de policía gritando es sin duda saludable para la diversidad de la escena y para cuestionar conceptos. La visibilidad es importante, y las bandas nuevas que llevan la antorcha Queercore son geniales. Pero el punk, por naturaleza, no es el tipo de subcultura que olvida de dónde vino. 

No importa cuán grande sea el punk o sus subgéneros, las personas que encabezaron la primera y cada una de las siguientes oleadas del movimiento serán para siempre exaltadas por su trabajo, incluidos estos preeminentes pioneros del punk queer. Además, los límites del estilo se vuelven difusos y las propuestas son más mestizas, diversas y originales.

El ejemplo más claro -y mainstream- podría ser la banda folk/punk Against Me!, encabezada por la trans Laura Jane Grace, y también Pussy Riot, al igual que bandas más clásicas como Tribe 8, God is my Copilot y Anomaly. En español tenemos a bandas como Perra Vieja, GenderlxxX, Meconio y Las Odio. El Queerpunk rompió las puertas del clóset, demostrando el apoyo y el valor de toda la comunidad LGBTQ+.

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