Miren, no les voy a mentir. La película autobiográfica de Mötley Crüe, basada en el libro que escribieron sus integrantes hace algunos años, y que puedes ver en Netflix… no es una buena película. De hecho, probablemente sería más fácil meterla en una lista de malas películas. Sin embargo, tiene algo en común con Mötley Crüe: no busca ser buena, sino divertirse; y sí es bastante divertida. Incluso diría que ya está en mi lista de pelis refriteables, esas que pongo cuando llevo horas buscando en Netflix y no encuentro nada que ver.

Esta cinta, a cargo de Jeff Tremaine (cuyo trabajo como director ya conocemos por Jackass), nos muestra de dónde salió Mötley Crüe, cómo llegaron a la fama, y la serie de excesos y malas decisiones que llevaron a la decadencia a esta banda; todo en un tono ligero y divertido pero que, conforme nos adentramos en los problemas personales de cada uno de ellos, se va tornando un tanto oscuro.

Para mí, uno de los elementos más destacables y mejor logrados de la película fue el intento de «romper la cuarta pared»; durante la narrativa, los integrantes de la banda nos van contando directamente algunas de las anécdotas o historias. El problema está en que poco después de la mitad, simplemente deja de existir, lo que vuelve los últimos 40 minutos mucho más lentos y tediosos, a comparación del dinamismo del principio.

También incorporaron escenas que, aunque no aportan gran cosa a la trama, como fan se reconocen y agradecen. Anécdotas legendarias de su gira con Ozzy Osbourne, David Lee Roth en una de sus fiestas, e incluso cómo conocieron a Razzle, baterista de Hanoi Rocks; todo esto nos transporta a un lugar y momento específicos de los ochenta, y nos recuerda cómo llegó la glorificación de los excesos del Hair Rock.

En resumen, una película mediocre, pero prácticamente imperdible si eres un fanático de la banda o de la escena en general; divertida, extravagante y a ratos vulgar, exactamente como Mötley Crüe (representación que no fue ninguna sorpresa para ellos, ya que los cuatro estuvieron involucrados en la producción); es simplemente sexo, droga y Rock and Roll.
Ah, por cierto, sale Machine Gun Kelly; y además grabó una canción con ellos específicamente para la película. Como diría mi papá, ya es ajonjolí de todos los moles.
