«Solo Contra el Mundo»: Una catarsis

El pasado fin de semana, fuimos testigos de un evento que nos transportó en el tiempo y nos sumergió en una oleada de melancolía y pasión. Bajo el título «Solo Contra el Mundo», cuatro bandas se unieron en un concierto inolvidable que revivió los sentimientos y la intensidad de lo que uno puede hacer cuando escribe las letras o canciones, para poder sacar todas esas emociones que no bastan con sentir.

El lugar elegido para esta experiencia musical única fue el Bar Malaidea, un recinto donde el punk y la libertad se siente en el aire, con un ambiente de estar rodeado por tus amigos más cercanos y, aunque tuvimos un elegante retraso, nos pudimos sumergir en la nostalgia y la emoción que cada uno de los musico nos hizo escuchar por medio de sus canciones. Las luces verdes y azules, y el sonido de las guitarras distorsionadas crearon una atmósfera perfecta para lo que estaba por venir.

El primer musico en estar en el escenario fue Andrés Garib; su forma apasionada de tocar la guitarra hizo que no fuera necesario una voz, y sus riffs recordaban a los días en que el rock en español estaba en su apogeo. Interpretó canciones que te hacían imaginarte batallas épicas.

A continuación, Sonia Hole tomó el escenario. Nos llevó por su vida en San Felipe, Chile, desde desamores y pérdidas de amigos, hasta cómo recordar a tus familiares. Sus letras con sabor a mate y sol capturaron la gente desde la primera canción, y los asistentes estuvieron reviviendo recuerdos de esos años cuando la vida era más simple.

La tercera fue Tres Maries, quien ofreció una paleta emocional más amplia. Sus canciones, con un aire post punk melancólico y letras profundas, llevaron a los presentes a un viaje introspectivo. La emotiva interpretación de la vocalista conmovió a la audiencia y generó un silencio respetuoso sólo interrumpido por aplausos y vítores al final de cada canción.

El clímax de la noche llegó con Inclusión, una banda de una persona que fusiona el rock alternativo con poesía, la disrupción social con los sintetizadores y Violeta Parra. Su energía en el escenario fue contagiosa, y su música hizo que el público se sintiera como si estuviera viviendo un concierto en su propio cuarto, hacía que cada poro de tu piel se erizara con las letras. Los riffs de guitarra y las letras emotivas crearon una experiencia catártica que dejó a la audiencia con ganas de más.

En resumen, «Solo Contra el Mundo» fue un evento que transportó a los asistentes a un viaje introspectivo. En lo personal, me recordó a esas noches a principios de los 2000s, con tu discman pasando por todas las canciones del rock latinoamericano, desde los Bunkers, hasta Volován y rematando con The Cure. Cuatro artistas talentosas lograron capturar los sentimientos de cuando uno se siente solo contra el universo, y el público respondió con entusiasmo y devoción. Fue una noche llena de música intensa y emotiva que nos recordó a todos por qué el rock en español sigue siendo tan querido y relevante en nuestros corazones.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *